EL PANTOCRÁTOR DE SAN CLEMENTE DE TAHULL
Vamos
a detenernos en el análisis de una de las más bellas obras de la
pintura románica, el Pantocrátor de la iglesia de San Clemente de
Tahull, un hermoso pueblo del valle de Bohí, en la provincia de Lérida.
Vista de la iglesia de San Clemente. Tahull, Valle de Bohí, Lérida.
1) DETERMINAR:
b) TÍTULO: Pantocrátor y otra figuras del Nuevo Testamento.
c) AUTOR: Desconocido.
d) FECHA: 1123.
e) LOCALIZACIÓN:
Iglesia de San Clemente. Tahull, Valle de Bohí, (Lérida, España). Las
pinturas originales fueron trasladadas en 1913 al actual Museo Nacional
de Arte de Cataluña, en Barcelona, conservándose en su localización
inicial una copia de las mismas.
A) Análisis técnico:
* FORMA:
Obra pictórica realizada sobre una bóveda de cuarto de esfera en el
ábside de la iglesia de San Clemente, con un diámetro de 4 ms.
Arriba: Planta e interior de la iglesia de San Clemente. Al fondo, las pinturas del ábside.Abajo: Vista general de las pinturas del ábside de la iglesia de San Clemente de Tahull.
.
DESCRIPCIÓN GENERAL:
Las pinturas que analizamos se encuentran divididas en dos franjas
horizontales de distinto tamaño, separadas por una banda con textos. En
la franja superior, que se corresponde con el cascarón o zona curvada en
vertical de la bóveda, figura en posición central un Pantocrátor
o Cristo en Majestad. Se halla sentado, apoyado sobre una franja
curvada decorada con motivos vegetales. Lo rodea una mandorla decorada
con perlas, en cuya parte superior apoya su cabeza y un nimbo de color
blanco. Viste una túnica de color gris, a la que se sobrepone un manto
de tono azulado. Su rostro, alargado y muy simétrico, presenta una
mirada penetrante. Este Cristo Juez alza su brazo derecho en actitud de
bendecir, mientras su mano izquierda sostiene un libro abierto en el que
puede leerse la frase "EGO SUM LUX MUNDI"
(yo soy la luz del mundo) escrita en letras capitales latinas. Además,
muestra sus pies desnudos, sobresaliendo de la mandorla y apoyados en
una media esfera. A izquierda y derecha de su figura aparecen las letras
griegas alfa y omega.
Rodean al Pantocrátor, en la misma franja, cuatro ángeles
que portan los símbolos de los cuatro evangelios. El que figura en la
zona superior izquierda porta un libro (ya que el propio ángel es el
símbolo del evangelio de San Mateo). Bajo él, otro ángel se acompaña de
un león (San Marcos). El esquema se repite en la zona derecha, con las
representaciones de un águila (San Juan) y de un toro alado (San Lucas).
La composición se remata, en los extremos, con la presencia de sendos serafines, dotados de seis alas, en cuatro de las cuales se observan representaciones de ojos.
Todo
este sector de la bóveda presenta un fondo de tres colores dispuestos
en vertical; de abajo a arriba: azul, amarillo y negro. Las figuras
situadas en el sector de fondo azul aparecen enmarcadas por círculos.
En
la franja inferior se hallan representadas seis figuras separadas en
dos grupos de tres por el arco que permite la iluminación interior del
ábside. A nuestra izquierda se encuentran Santo Tomás, San Bartolomé y la Virgen. A la derecha figuran San Juan, Santiago y San Felipe,
cuya representación está prácticamente perdida. Sus nombres aparecen
indicados en la banda que separa esta zona de la superior. Todas las
figuras se sitúan bajo arcos rebajados sostenidos por columnas con
capiteles con decoración vegetal. María porta un cáliz, mientras los
apóstoles llevan libros que muestran al espectador.
En
general las figuras aparecen contorneadas por líneas negras, a modo de
siluetas dibujadas. Los trazos son bastante acusados y los colores están
bien definidos. En toda la composición es evidente un interés por la
simetría, establecida a partir del eje vertical de la bóveda y del arco
del ábside. Además, tanto en el Pantocrátor como en las figuras del
registro inferior se observa clara frontalidad en las representaciones,
que no existe en cambio en los ángeles y símbolos del Tetramorfos. El
hieratismo es, sin embargo, rasgo común a todas estas obras, que se
caracterizan también por presentar una representación plana, con
ausencia total de perspectiva.
B) Análisis simbólico:
La
simbología del ábside de Tahull es bien evidente. Constituye una
representación gráfica de un pasaje del Apocalipsis de San Juan, en el
que describe la visión de Cristo entronizado rodeado por el Tetramorfos,
que acabará simbolizando la obra de los cuatro evangelistas. Así pues,
nos encontramos ante un tema de hondas raíces en la iconografía
cristiana: la Maiestas Domini
o Cristo en Majestad, que representa a Jesús todopoderoso en actitud de
bendecir al mundo (que se halla a sus pies) pero cuyo rostro (serio y
sereno al mismo tiempo) denota también la concepción de Dios-juez de las
obras humanas. Como las letras griegas acreditan, él es principio y fin
de todas las cosas; la luz del mundo, en definitiva, según reza la
frase en latín. Debe, por tanto, el hombre seguir este mensaje divino,
que le garantiza su salvación eterna.
Por
otra parte, la disposición del conjunto pictórico en dos franjas
horizontales viene a simbolizar la presencia de dos ámbitos paralelos:
en el superior se representa el Cielo, en torno a Cristo; en el inferior
se nos muestra a la Iglesia, mediante las figuras de María y los
apóstoles.
c) Análisis sociológico:
La
iglesia de San Clemente de Tahull fue consagrada en el año 1123, según
consta en una inscripción conservada en una de las columnas del templo.
En esta época, las tierras del Valle de Bohí, donde se asienta Tahull,
pertenecientes al condado de Ribagorza, habían sido anexionadas por el
reino de Aragón, gobernado en estos años por Alfonso I el Batallador
(1104-1134). Nos hallamos ante una sociedad eminentemente rural, en la
que imperan los vínculos de dependencia personal basados en la
existencia de señoríos jurisdiccionales, estructura propia del sistema
feudal.
Pese
a tratarse de una zona montañosa, toda esta área pirenaica debió tener
una densidad de población nada despreciable como manifiesta la
construcción de numerosos templos en diversas localidades de la zona
durante el mismo periodo.
3) OTRAS CUESTIONES:
En
estas pinturas del ábside de san Clemente de Tahull son evidentes
diversas influencias, entre las que ha de destacarse la pervivencia de
la tradición bizantina, quizás heredada a través de obras realizadas en
Italia. Precisamente, se ha llegado a plantear que esta es la
procedencia del artista de Tahull, quien debía conocer también las
tendencias que se venían desarrollando en la miniatura mozárabe
hispánica, de la que debió tomar los rasgos naturalistas que apreciamos
en algunas de las representaciones.
Por
otra parte, las pinturas del ábside han de ponerse en relación con las
realizadas en otras partes del mismo templo (como el tema de Lázaro, tal
vez ejecutado por otro pintor) o las efectuadas en la iglesia de Santa
María de la misma localidad, en la que se ha representado una Maiestas
Mariae acompañada por los Reyes Magos. Todo este conjunto supone una de
las cimas de la pintura románica mural catalana, de la que se han
conservado numerosos ejemplos en otras iglesias de la misma comarca.
En la excelente página del Dr. García Omedes tenéis un análisis de la iglesia de San Clemente. Sobre sus pinturas, podéis leer las informaciones que se proporcionan en esta dirección. Sobre las iglesias románicas del Valle de Bohí, se proporciona aquí una excelente síntesis, con numerosas fotografías.


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